jueves

Normalidad

Te piden que vuelvas a la normalidad. Que aceptes lo roto, para estar nuevamente entero. Que aceptes lo perdido, para encontrarte. Y a todos esos consejos tan bienintencionados, se dice que si, porque es más fácil decir que sí, y porque tienen razón.
¿Pero cómo se hace?
El tiempo no cura nada, sólo fabrica cicatrices, con una habilidad sublime, es verdad, pero la cicatriz está ahí, para ser acariciada. Nunca creí que algo que deja cicatriz pueda curarse.
Porque se curan las enfermedades, pero no el dolor. El dolor no es una enfermedad.
La verdad es que me gusta saber que curar ciertos dolores es más cruel que aceptarlos.

sábado

I

El mundo arde pero no quema el cielo.
A ese cielo que posee mi futuro,
y que guarda lo mejor de mi pasado.
No es un lugar desconocido,
lejano a mi, y al mundo que arde,
como ramas secas en un jardín sin alma.
Las llamas habitan el cielo.
Nosotros ardemos, mirando a las estrellas.  

domingo

Gente que sabe.

Me encanta la gente que cuenta lo que sabe. La que desparrama sus conocimientos, aunque no tengan una utilidad inmediata. La gente que escucha, que aprende, que no cree que haya un tope para lo que se debe saber. La gente que no cree que declamar historias olvidadas sea alardear los conocimientos. La gente que no se ofende por una corrección. La gente inteligente desea saber mas. La gente que sabe merece saber.

jueves

Amar

Todo amor nuevo es viejo, porque lleva consigo
viejos amores que le dan la forma más perfecta.
Ningún amor termina: el amor se hace eterno cuando amamos.
Amar, porque el amor no muere,
y es un homenaje a los eternos que cayeron amando.

sábado

Ausencia

Debo abrir la jaula
que se cerró cuando te fuiste.

Estoy encerrada en tu ausencia.

Una pared se alzó
borrando todo horizonte.

Y se que debo encontrar la puerta,
para cumplir la promesa
de seguir caminando.

miércoles

Deseo

Cuándo se detendrá
este deseo de nube, de niebla.

Hay un desvivir constante.
La calle se camina descontando pasos.
Los días se caminan desviviéndose.

Y siempre el deseo de niebla
que deforme lo real del camino
y que lo haga visible el desearlo.

Cuando se detendrá
este deseo de amor y niebla.


sábado

Desconocidos

Desconocidos preguntándose como dejar de serlo.
¿Verá el otro mis palabras, entre la multitud de palabras? ¿Me verá, realmente?
Estar frente a frente no es verse y chocarse no es encontrarse. Nos encontramos desde lejos, y desde antes. Es la ley.
La soledad es tentadora, porque no exige esfuerzos. El desconocido amenaza con transformarse en su opuesto.
¿Hay que permitirlo?

domingo

Ser

 


Estar, pero siempre partido a la mitad. Ser, pero siempre preguntándose desde la posición de oruga cómo es ser mariposa.
¿Qué somos? ¿Qué debemos ser? No hay madrugada que no esté agotada de escuchar esas mismas preguntas.
Obedecemos en horario laboral, y obedecemos en el momento de ocio. Obedecemos inclusive en el momento de la rebelión. ¿Obedecemos también en este buscar ser otra cosa? ¿Es la insatisfacción una imposición más de ese rey inflexible que es el ser social?
En definitiva: ¿por qué es tan malo ser una simple oruga?

jueves

Luz

La única luz que vale la pena,
se ve entre ramas oscuras.
Y parece inalcanzable.
Hay barro en los pies
y las manos azules de frío.
No habrá calor en la luz.
No buscamos abrigo.
Aprendimos a andar en tinieblas.
Y así aprendimos a apreciar
esa luz que titila en el bosque
entre ramas oscuras.


 

domingo

Barcos de papel







 ¿Cómo ven los barquitos de papel a su creador?
Cuando son soltados en el charco, ¿se sienten plenos o abandonados?
Este es mi océano, dicen. Y lo navegan como buques gigantes.
Son pequeños, pero no les importa.
Son débiles, pero no lo creen.
Por eso son gigantes e invencibles.
El universo que contiene su leve cuerpo de papel
es perfecto para que no sobrevivan mas que lo necesario.
Cuando el océano charco se seca, ellos mueren
y se transforman en el barco infinito que fueron siempre.

Piel

La piel, demasiado pálida, no lamentará que no la extrañen. No tiene esa habilidad. Hay un corazón que la anima cuando late fuerte, y manos que la encienden cuando hace falta. Pero no entiende de corazones que no la extrañan, y aprendió a ignorarlos, como ignora todo lo que no la acaricia.

sábado

Duda


Somos pequeños y deberíamos mirar la vida con curiosidad. No es la edad la que sabe encender la mirada. Es otra cosa. La forma en que miramos, desde el deseo, desde el interés, es lo que define quien somos. Es profundo y simple. Creemos en dudar, o creemos en estar seguros. Si dudamos, crecemos. Si no, cerramos puertas en la seguridad de que no hace falta mantenerlas abiertas. Y siempre seremos pequeños.