miércoles
Islas climatizadas
Tantos avances de la ciencia, tanta inversión en tantas cosas inútiles... ¿Cuándo van a inventar los bancos de plaza climatizados? ¿Qué tan difícil puede ser?
Imaginen ir caminando por la calle, con 35 grados de temperatura, y de repente, ver nuestra isla nevada.
Y lo mismo en los más crudos inviernos: Islas soleadas con temperaturas veraniegas.
Porque somos humanos: en verano extrañamos el invierno y en invierno, ansiamos el calor. Y todos los veranos y todos los inviernos negamos lo dicho en la estación opuesta. Quizás así debamos ser para avanzar, inconformistas eternos, buscando lo que no tenemos y lo que al tener, despreciaremos, aburridos, desilusionados, volviendo a buscar lo perdido o lo dejado de lado para conseguir lo que ahora descubrimos que no queríamos tanto...
Las islas serían, entonces, un escape climático. Siempre son la excusa ideal para detenernos un instante, siempre son un recreo. Imaginen entonces estar todo el día maldiciendo el calor y poder descansar en una isla nevada. Solo cinco minutos, robados al trabajo, a las obligaciones, a la realidad. Y comeremos un helado en la isla nevada y un chocolate en la isla veraniega (porque las golosinas las compraremos, lógicamente, afuera de la isla, y serán acordes a la verdadera estación del año en la que estamos, no a la de la isla, pero no importa).
Porque no es lo mismo entrar a un café con calefacción o en un shopping con aire acondicionado. Tiene que ser así, en medio de la calle, libre, para todos, unido y aislado, en medio de la ciudad y fuera de ella por mérito propio. Como todas las islas. Allí, al alcance de la mano, e invisibles excepto para quienes las buscan.
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Pues no sería mala idea. Tener ese pedazo donde sentarse confortable.
ResponderBorrarAbrazo
Claro, claro....
ResponderBorrarGlups...
Besos.
El problema es que si es una plaza de la Ciudad Autómata de Buenos Aires seguramente va a estar dentro de una jaula para evitar que algún pobre tipo quiera dormir en la noche en una de esas islas, y no seria raro tampoco que cobren por la entrada.
ResponderBorrarPero como idea esta buenisima, siempre pense que la naturaleza era sabia con el tema de las estaciones, esta bueno eso de extrañar lo que no tenemos si el clima siempre fuera el mismo perdería el encanto de una cama abrigada y tomar un café mirando desde una ventana de un bar, o una hermosa noche de verano y caminar por la playa.
Besos
José Jaime: ¿No es cierto que sería lindo?
ResponderBorrarToro: Glups. Besos!
Lux: La naturaleza es sabia, sin dudas. Yo no soy buena extrañando, igualmente. Sufro mucho el extrañar. Es una maldición. Y seguro que Macri intentaría hacer negocio con las "islas"!
Gracias y besos a los tres.
Me gusta, yo no extraño nunca el frío, pero el calor sí. Ahora estoy perfecta, el calor me encanta.
ResponderBorrarBesos.
Eso,eso, haber si empiezan por Mallorca.
ResponderBorrarUn abrazo.
Lo de los bancos climatizados está bien. Ahora que en un crudo invierno o en una canícula de agosto iban a haber bofetadas por conseguir poner el culo en un asiento de esos...
ResponderBorrarUn saludo.
Mariela: Uh, yo al revés. Siempre prefiero el frío.
ResponderBorrarAngel: De acuerdo... Pero después de Buenos Aires!
Cayetano: Ese es un problema a evaluar. Dame un tiempito y le busco la vuelta.
Gracias y Besos!
"Porque somos humanos: en verano extrañamos el invierno y en invierno, ansiamos el calor. Y todos los veranos y todos los inviernos negamos lo dicho en la estación opuesta".
ResponderBorrarAmén Marcela