Cada mañana salimos en el bote a pescar.
El agua es fría y canta.
Yo no quito la vista de mi padre que nos guía. El sabe en donde encontrar los mejores peces.
Pero yo no sé si este es el futuro que quiero. No me atrevo a decirle a él, mi padre, tan sabio, tan serio, que miro con deseo el camino que me aleja de mi aldea.
Cuando la pesca es realmente muy buena, vamos a la ciudad, a venderla. Mi padre no disfruta de estos viajes. No le gusta la ciudad. Dice que la gente está perdida en la ciudad. Que caminan muy rápido para disimular que no saben a donde van. En cambio, en la aldea, todos están felices y tranquilos. Van hasta el río que les da la vida y vuelven a los brazos de los suyos. No hay confusión. No hay caminos equivocados.
Pero yo quiero ver muchos caminos. Y quiero verlos todos. Yo quiero perderme.
"Los que se van están huyendo", va a decir mi padre. Y yo no tengo de que huir. ¿Por qué debería huir del río, tan fresco y cristalino? ¿O de él tan bueno y sabio?
Sin embargo, el camino me aleja. Y una mañana, mientras todos van a cantar con el río, yo no iré con ellos.
Muy en el fondo de mí mismo, sé que todos los caminos regresan a mi aldea.
foto: africa en blanco y negro
Intuyendo lo que le espera quizás mejor quedarse en el río.
ResponderBorrarBesos.
aunque todos los caminos lleven a la aldea, el desvío es dionisíaco
ResponderBorrarun beso anábasis
Seguro que volverás a la aldea, pero antes, como Ulises, debes recorrer un camino, lleno de peligros pero rico en experiencias. Cuando regreses a Ítaca pide que tu camino sea largo... decía Kavafis en su poesía.
ResponderBorrarBuena metáfora la del río y la aldea.
Un saludo.
Me ha gustado mucho. Al final rompe la tradición.
ResponderBorrarabrazo
Todos los caminos llevan a mi aldea y cuanto más lejos estoy, más la he ensanchado.
ResponderBorrarD.
Que bonito! Me quedó con los ojos cerrados, entre los laberintos, con la música en el horizonte, con aire fresco entrando por la ventana, con olor a río.
ResponderBorrarUn beso.
Cuantos de nuestros antepasados querida Marcela habrán pasado por eso???
ResponderBorrarDebe ser muy triste dejar todo, pero en definitiva todos lo hacemos en algún momento.
Besos
Yo soy de los que me quedo en el río y tal vez me arrepienta toda la vida, pero eso es lo de menos... estoy en el río.
ResponderBorrarUn abrazo y te espero en el ocaso.
Ay me ha llegado y mucho.
ResponderBorrarTanto respeto que debemos tener para nuestros hijos, nos guste o no.
Besos preciosa.
y cual de ellos es?
ResponderBorraren la foto. el que te sirvió de inspiración para tan bonita historia. cual de ellos es?
Estas historias tan nuestras tienen esa cualidad, la de ser un veneno o un elixir.
ResponderBorrarSiempre es mejor arriesgarnos a quedarnos en el río. Un amigo siempre me recuerda que no dejemos de librar grandes batallas aunque estén salpicadas por algunos fracasos.
Besos pintora de palabras.;-)
La experiencia del padre ayuda al hijo pero no debe impedirle explorar los caminos que haya que explorar. Como muy bien dices, cuando lo haya hecho volvera a la aldea comun de la que todos tenemos que salir algun dia.
ResponderBorrarBesos
Clo: Todos. Cualquiera. Gracias.
ResponderBorrarA todos, muchas gracias por los comentarios.
Besos.