miércoles
Azar
Mientras todos buscan el rutinario encuentro, nosotros seguimos confundiendo esquinas, sintiéndonos especiales por desencontrarnos.
En un horizonte de gente buscándose, y por lo tanto chocando e hiriéndose y hasta lamentando encuentros planeados, algunos dejamos la posibilidad de todo encuentro al único dios justo: el azar.
Rezarle al azar es inútil y bello. Todo milagro que otorga es arbitrario y por lo tanto sabio. No hay prejuicios en sus dones. No es corrompido por ceremonias, ni ofrendas ni plegarias suntuosas. Nada le importa. Sólo ser él, y arrojar sus bendiciones al viento. Si alguna de ellas alguna vez nos toca, agradeceremos en silencio. Y lo sospecharemos bueno.
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Y tal vez sea la única religión lógica. Tal vez por azar se hayan combinado los químicos que sembraron la vida, por azar se haya poblado el planeta y por azar lo llamemos como Adán. Y lo sospecharemos bueno.
ResponderBorrarBesos fortuitos.
D.
El azar o nosotros?
ResponderBorrarO todo a la vez.
No lo sé.
Aunque ya empieza a no importarme.
Besos.
Incluso, a veces, genera una gran cuota de angustia no reconocer y diferenciar lo casual de lo causal.
ResponderBorrarUna temerosa de lo azaroso.
Besos
Es como el juego de encuentros y desencuentros entre la Maga y Oliveira en París... simplemente hermoso.
ResponderBorrarTienes razón.
ResponderBorrarEsa imagen es una de mis favoritas.
Mi querida Marcela,no me molesta en absoluto,sino todo lo contrario.Agradecido por tus palabras.
ResponderBorrarLo que más nos subyuga del horizonte no es su distancia,sino nuestra pequeñez.
Besos.