No hacía falta que Penélope destejiera lo tejido para engañar a los pretendientes y esperar a Odiseo. ¿Cómo sabe el otro cuál es el final de lo que estamos tejiendo?
Podemos tejer sin fin. Podemos seguir enhebrando lanas de colores, brillantes, opacas. Podemos decidir tejer una manta que cubra el mundo. Todo es cuestión de tiempo, de deseo, de ansias...
Igual, no quiero criticar a Penélope porque, la verdad, destejer también tiene su encanto...
Destejer debe ser muy divertido.
ResponderBorrarBesos.
Es que ella ya había dicho que tejía una mortaja para su suegro (que estaba vivo) y las mortajas tienen un fin. Si no hubiera dicho qué era...
ResponderBorrarBesos.
Podemos tejer elucubraciones hasta el infinito.
ResponderBorrarDestejer. Desandar el camino andado, una y otra vez, hasta que aparezca el adecuado.
ResponderBorrarComo la vida misma.
Un abrazo:)
Precioso, precioso, precioso y..,
ResponderBorrarsencillamente precioso.
Saludos
Que interesante su escrito, lo lei varias veces y siempre me deja pensando...
ResponderBorrarEn tramas, en qué tramas..
beso!
Destejer, deconstruir, descoyuntarme de risa y visitar tu bello blog: son las tareas que hoy, sábado sabadete, me propongo realizar...
ResponderBorrarPenélope tejía y destejía, construía y rearmaba, hacía deshacía... actividades comunes a todos los que le encuentran encanto al desencanto en la espera insegura de lo incierto .
ResponderBorrarAy, yo ya no sé qué hacer. Si tejer o destejer. Snif.
ResponderBorrarjajaj...es crear una materia prima
ResponderBorrares cierto. Si se va a tejer por tejer sin nunca terminar, destejer es más barato
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