Buscamos en el bosque un fruto específico. Pero en ese bosque no crece el árbol que da esos frutos. Entonces nos enojamos con el bosque entero.
Lo tachamos en nuestro mapa y no queremos visitarlo más.
Queremos hasta olvidar que el bosque existe.
No vemos más los árboles llenos de muchos frutos distintos, porque no encontramos ese, el único que creíamos que nos gustaba.
No es culpa del bosque entonces, viajero.
Solo tenés un gusto demasiado limitado.
genial descripción de la búsqueda "ciegacabezadura" de la raza humana... tal cual! muy bueno! Beso
ResponderBorrarVane: Somos cabezas duras. Sobre todo para apreciar la diversidad de los bosques! Gracias!
ResponderBorrarO tambien puede ser que tiene mal gusto el salamin ese.
ResponderBorrarMarcela ayer estuve con sonoio y dedicamos un buen lapso de tiempo para elogiar tu blog y lo bien que escribis, te juro que la Stella Artrois no gravitó a la hora de los elogios ya que eran merecidos.
Besos
esto es parte de la casualidad netica,
ResponderBorrarun tema desarrolado por varios de manera indepiente con diferentes direcciones...
un beso anábasis...
Jaja, me gustó ese final.
ResponderBorrarUn beso.
Lux: Puede ser mal gusto. Puede ser ceguera... La verdad es que hay tantos frutos en un bosque que enojarse porque falta uno...
ResponderBorrarVos y sonoio son dos bombones. Muchísimas gracias!
sonoio: suele pasar! Y es fascinante, porque poder comparar las visiones sobre un mismo tema suele ser muy agradable. Y gracias a vos también por esos elogios regados por stella artois...
Julia: Muchas gracias.
Besos
Ser limitados hace perder muchas cosas, todas las demás.
ResponderBorrarBesos y hermoso texto.
Mariela: Exacto. Que nos guste un solo sabor es tan aburrido además...
ResponderBorrarBesos. Y gracias.
La verdad que la busqueda no es fácil, cuando encontramos demasiado a veces confunde, pero quedarnos con uno tampoco es ideal, en resumen quién sabe lo que quiere, un beso paty
ResponderBorrarUn paseo por el bosque con los ojos bien abiertos para apreciar otros frutos, otros colores. Un abrazo y feliz domingo
ResponderBorrar¿Ser así de malcriados es inherente a la especie humana o es un signo de modernidad? Desechamos enfáticamente lo que no satisface nuestros caprichos con precisión milimétrica pero, ¿qué estamos dispuestos a hacer por el bosque para conseguir a cambio el fruto deseado?
ResponderBorrarSeguramente algunos hacen mucho… el amor maternal es incondicional: Feliz Día de la Madre.
D.
Patricia: A nadie le deben gustar todos los frutos. Los gustos personales son respetables. Pero como decís, querer solo uno, en medio de un bosque, es muy poco.
ResponderBorrarMónica: Me gustó eso de los ojos bien abiertos...
Daniel: Creo que es inherente a la especie humana! Además, es más fácil esperar que el bosque produzca algo que nos llene completamente. Sin hacer nada nosotros a cambio, claro. Gracias por el deseo.
Besos.
Es muy cierto lo que dices, Marcela. Cuando buscamos un fruto determinado, encontramos toda clase de ellos menos el que queremos. Eso hace que no probemos otros frutos que quizá sean mejores incluso, del que con tanto ahínco buscamos.
ResponderBorrarBesos
Ja ja, me brotó una sonrisa.
ResponderBorrarCaprichos como de un chico. Pero por ese bosque debe andar la diversidad dispuesta de nuevo a tender una mano.
Muy bueno!
Un abrazo.
Tal vez cada fruto está en nosotros mismo y no los vemos por estarlos buscando afuera.
ResponderBorrarUn abrazo
Me has recordado a los cuentos que escribe Jorge Bucay, en España se han vendido mucho sus libros, no sé si allá por tu tierra.
ResponderBorrar:)
Vuelves a darme una lección.
ResponderBorrarAbrazos.