Aquí, en el desierto, nada es más cercano que la lluvia. Pensamos en ella, hablamos de ella... Nada está más presente ni es más real. Vivimos para ansiarla, para extrañarla. Porque vivimos con lo que no tenemos. Vivimos con las ausencias.
"Solo por hoy viviré sabiendo que el pasado ya no existe, que al futuro no lo conozco y entonces, no temeré ". Dificil,dificil... Corto, pero muy sabio tu texto. Muy buena la metáfora. Besos
Uy!!!que tiro certero.Creo que alguna vez todos fuimos " desierto".Qué será?Eso de ir a la herida...de que sea tan potente lo que no está. Buena reflexión Marcela la que dejás, como siempre. Abrazo.
El problema es cuando vivimos en un deseo por completo irrealizable y nos frustra. Esperar la lluvia es poetico y hermoso. Besos, querida amiga. Un post bellisimo.
Es nada menos que lo que los freudianos llamaban la "omnipresencia", no como un atributo místico sino como obsesión refleja ante tan contundente ausencia. Nada menos que otra obsesión colectiva… sin embargo tengo un amigo ciego que no fantasea con ver los colores sino con tener tiempo para hacer la siesta.
Qué habilidosa sos para enrostrarnos nuestras debilidades dejarnos satisfechos en una sola frase.
Que cierto eso Marcela! como tenemos siempre en la mente eso que ya no tenemos, eso que perdimos y que nos resistimos a olvidar quizás porque todavía tenemos la esperanza que vuelva y llene de vida nuevamente la tierra yerma.
Es cierto... seguro hablamos mucho más de las ausencias que de las presencias.
ResponderBorrarUn beso.
"Solo por hoy viviré sabiendo que el pasado ya no existe, que al futuro no lo conozco y entonces, no temeré ". Dificil,dificil...
ResponderBorrarCorto, pero muy sabio tu texto.
Muy buena la metáfora.
Besos
desarrollé esta mañana este tema esta misma mañana
ResponderBorrarpero con algo menos poético
un gran beso anábasis
Eso es una gran verdad, cuando la ausencia está presente se convierte en una presencia.
ResponderBorrarBesos.
Uy!!!que tiro certero.Creo que alguna vez todos fuimos " desierto".Qué será?Eso de ir a la herida...de que sea tan potente lo que no está.
ResponderBorrarBuena reflexión Marcela la que dejás, como siempre.
Abrazo.
El problema es cuando vivimos en un deseo por completo irrealizable y nos frustra. Esperar la lluvia es poetico y hermoso. Besos, querida amiga. Un post bellisimo.
ResponderBorrarEs nada menos que lo que los freudianos llamaban la "omnipresencia", no como un atributo místico sino como obsesión refleja ante tan contundente ausencia. Nada menos que otra obsesión colectiva… sin embargo tengo un amigo ciego que no fantasea con ver los colores sino con tener tiempo para hacer la siesta.
ResponderBorrarQué habilidosa sos para enrostrarnos nuestras debilidades dejarnos satisfechos en una sola frase.
Un beso,
D.
Que cierto eso Marcela! como tenemos siempre en la mente eso que ya no tenemos, eso que perdimos y que nos resistimos a olvidar quizás porque todavía tenemos la esperanza que vuelva y llene de vida nuevamente la tierra yerma.
ResponderBorrarBesos hermosa
Te regalaré de una lluvia cafetalera.
ResponderBorrarBesos preciosa.
Que hermosas y ciertas palabas...
ResponderBorrarUna belleza tu blog, estaré aqupi a menudo.
Cariños!
ufff hermoso texto!
ResponderBorrarSi te das cuenta, todo aquello que tenemos está en el presente; el resto, en el pensamiento.
ResponderBorrarLa pregunta es, ¿estás presente?
Hablas como yo, de la lluvia...
Un abrazo y te espero en el ocaso.