Hay una jaula en mis manos.
Ábrela. Ábreme.
Hay arena en mis brazos.
Se han transformado en desiertos.
Y ahora mi voz solo habla de cascadas,
de ríos que se van y se quedan.
¿Por qué de repente veo jaulas,
y veo aves luchando entre barrotes?
No se si abrirme, o cerrarme del todo.
No se si apagar las voces,
o por primera vez escucharlas.
Este desierto gigante
es una jaula pequeña.
El paraíso pálido y perfecto,
es una jaula pequeña.
foto
Precioso, me encanta.
ResponderBorrarAbrazo
Profundo, con versos que chocan, golpean, despiertan. Me gustó muchísimo muchísimo.
ResponderBorrarJ&R
lo de ábreme suena muy insinuante
ResponderBorrarMientras mantengamos la mente libre nuestro cuerpo jamás podrá ser enjaulado.
ResponderBorrarNo hay peores encierros que los que nos ponemos a nosotros mismos.
un saludo, Marcela. Me gustó mucho:)
De pronto así nos sentimos, como presas dentro de una jaula y sin saber siquiera, si queremos la libertad...
ResponderBorrarBesitos en el alma
Scarlet2807
Me encantó.
ResponderBorrarTe cuento que estoy llena de pájaros en el lugar que habito. Libres ellos.
Besos.