El único testigo no fue castigado convirtiéndose en estatua de sal, sino en no tener a quién contarle lo que continuó eternamente atestiguando. Qué gran enfoque para una pequeña parábola sobre el pasado. Un beso, D.
Uf. Fuerte lo escribiste. Fijate que es una de las historias bíblicas que me impactaron. Cuando me está doliendo mucho algo del pasado por ejemplo, o que me estoy aferrando a algo, a veces digo que no miraré atrás para no convertirme en estatua de sal.
Particular versión, y muy buena, además. Si está orgullosa, mucho mejor :)
ResponderBorrarJeve.
Maravillosa la visión, ¿por qué está mal mirar para atrás? ¿Y si se es feliz así?
ResponderBorrarBesos.
Buena elección.
ResponderBorrarTotal para lo que hay fuera de Sodoma...
Besos.
Aguantar la decadencia de una ciudad como Sodoma en unos ojos quietos. Bonito poema.
ResponderBorrarAbrazo
Bien escrito.
ResponderBorrarDe todas maneras, mirar atràs, no te vuelve estatua de sal.
Es tu propia curiosidad, lo que te mata.
Un abrazo.
allí me verás
ResponderBorrarMARAVILLOSO!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderBorrarTODOS HUYEN DE SODOMA!!!
un gran beso
Unos versos finales sorprendente. Muy buenos.
ResponderBorrarMe encanta.
Saludos
Rebelde hasta el final.
ResponderBorrarEl único testigo no fue castigado convirtiéndose en estatua de sal, sino en no tener a quién contarle lo que continuó eternamente atestiguando.
ResponderBorrarQué gran enfoque para una pequeña parábola sobre el pasado.
Un beso,
D.
Uf. Fuerte lo escribiste.
ResponderBorrarFijate que es una de las historias bíblicas que me impactaron. Cuando me está doliendo mucho algo del pasado por ejemplo, o que me estoy aferrando a algo, a veces digo que no miraré atrás para no convertirme en estatua de sal.
Abrazos.