Foto: Sadness de Diego SCL
Afuera, los seres se persiguen.
La ciudad se empuja a sí misma,
hacia algún horizonte que no mira.
Cabizbaja, se encierra,
en sus murallas de piedra.
Adentro, la mujer espera,
se pinta los labios con una sonrisa,
acuna a un niño, con alas de gaviota,
y cabizbaja se encierra
en sus murallas de piedra.
No se si debería ser así
ResponderBorrarCabizbajos.
ResponderBorrarCada vez más.
Física y mentalmente.
Besos.
Cabizbajos, tras los muros de piedra, ya parecen piedras ellos también.
ResponderBorrarBesos.
Sencillamente hermoso.
ResponderBorrarPor otro lado cuida un poquitín la métrica, para llegar a la musicalidad,al conjunto, a la obra.
Saludos
¿De qué nos protegemos cuando nos encerramos tanto? ¿De tener que elegir qué hacer con la libertad que nada nos quita?
ResponderBorrarD.
Uno u otro puede ser el disparador,creo que todos pasamos ese momento de encierro, tan necesario como doloroso.
ResponderBorrarSaludos Marcela, un placer haber estado leyendo tus escritos.