miércoles

Juegos (6)




Si subimos a la calesita, si nos hamacamos un rato, si en el arenero construimos un castillo algo endeble que desaparecerá bajo las pisadas de los otros, es evidente que estamos jugando, aunque nunca lo hayamos puesto en palabras... Ya se, ya se, las palabras hacen falta. Pero se enredaron en las ramas del árbol que resiste el frío.

¿Era más fácil antes, cuando la pregunta estaba allí, tan clara? ("¿jugás?" sin dudas ni temores, todos iguales trepándonos al tobogán).

Quizás era así porque todos los riesgos se reducían a una rodilla raspada en una mala caída...

Ahora las heridas pueden ser más profundas... O creemos eso y en realidad, nada es peor que una rodilla raspada.

Hay nubes invernales en la plaza. Recuerdo un día de sol, recuerdo un verano.

"¿Jugás?" y cinco minutos después, compartíamos la plaza y caramelos. Todo debería ser así de simple, siempre...

9 comentarios:

  1. Mi primer recuerdo es una rodilla raspada en la calle, tenés razón. Después viene una sucesión de recuerdos, pero por algo ese fue el primero.
    Y contesto a tu pregunta: sí

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  2. Que sencillo y transparente era todo.

    Y más visto ahora.
    Desde el laberinto.

    Besos.

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  3. Al principio duele, no sentimos como una princesa a la que se le derriba el castillo, luego aprendemos la lección, aprendemos a jugar.

    Un beso

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  4. Sigue valiendo la pena animarse al juego aunque los raspones sean profundos y no alteren sólo un andar elegante.

    Hace poco leí en algún lugar que negarse a jugarse y amar por temor al raspón es como suicidarse por temor a morir… tal vez sea cierto.
    D.

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  5. mi primer recuerdo fue haberme caído de un árbol... eso fue jugando en un lugar hermoso cerca de mi casa, que por cierto, ya no está. Ese espacio ahora lo ocupa un centro comercial donde van muchos niños a jugar videojuegos

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  6. Por supuesto que juego, aquí estoy.

    Besos.

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  7. Siempre se jugaba sin pensar que pasaría cinco minutos después...
    Beso.

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  8. Las reglas del juego son ahora mucho más complejas y el miedo a perder, que no existía entonces, nos paraliza. Yo también añoro aquellos tiempos más sencillos.
    Un abrazo

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  9. Amo los columpios y creo que debo tener uno en mi jardín.
    Tienes razón: si todo fuera así de simple.

    Linda foto.


    Abrazos preciosa mía.

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