No hay obra de teatro más representada que la que se actúa cada día cuando los otros, los que nos cruzamos por el camino, preguntan: ¿cómo estás?. Todos saben que esa (casi siempre), es una pregunta de cortesía, una que se deja flotando en el aire y que es dicha sin saberlo, sin detenerse, mirando hacia otro lado, sin sacar la vista de la pantalla del celular, o de la esquina en la que tiene que doblar el colectivo que debemos tomar. Se dice con una sonrisa pálida, alzando apenas la mano en un saludo distraído. Se le pregunta a alguien como está, y unos minutos después ya no se recuerda haberlo visto. Y todos lo saben, pensaba Alberto, así que todos responden con la misma falsa cortesía.
Alberto era extraordinariamente sincero y se sentía muy molesto ante las mentiras que debía repetir, al encontrarse con los compañeros de oficina, algún vecino, el carnicero, el diariero, el cartero...
Todo bien, gracias y ¿vos?
Y la obra se cerraba con un "Genial, saludos a la familia."
Alberto sentía que se ponía la máscara de la sonrisa, salía al escenario y repetía el protocolario guión. A veces pensaba en cómo reaccionaría el público si se quitara la máscara y dijera: "mi trabajo es un desastre, mi matrimonio se desmorona, mis hijos son la vergüenza del barrio... Nada está bien. El escenario está lleno de moho y seguimos maquillándonos para sonreírle al mundo."
E imaginaba los rostros espantados, las excusas incómodas que se sucederían para escapar a su presencia.
La otra posibilidad era amoldar su vida a la respuesta. Obligarse a estar bien. Que la felicidad fuera una meta, como tantas otras metas conquistables.
Amoldar el escenario, y la obra y escribir el guión a gusto.
Durante unos días jugueteó con la idea.
"¿Cómo estás?"
"Tratando de ser feliz", respondía Alberto.
Y como el escenario cotidiano es el que nos define, esa respuesta, siempre podría ser verdad.
foto: Hiroshi Sugimoto
Voy a probar esa respuesta!
ResponderBorrarCada día salimos al teatro.
ResponderBorrarAntes hacíamos comedia.
Ahora nos dirigimos a la tragedia.
Besos.
A veces somos tan mecánicos en contestar o por no querer dar explicaciones a personas que no nos entenderán.
ResponderBorrarEsa respuesta es para llevarla a cabo.
Siempre eres reflexiva.
Abrazos.