domingo

El ídolo


Ya hacía demasiado tiempo que él adoraba a ese ídolo y no era tarea fácil. Los preceptos y normas a cumplir eran muchos; la mayoría, verdaderas estupideces sin sentido, que solo servían para complacer los caprichos del dios.

Pero no se podía discutir con él. No se podía mostrar dudas en la adoración. Esta debía ser constante, absoluta. Ni siquiera bastaba con sentir la adoración, también debía ser mostrada claramente.

El sabía, por ejemplo, que el ídolo no siempre tenía la razón. Una vez intentó decírselo, esperando que de ese modo, la relación adorado-adorador, fuera más justa. Tartamudeó frente al altar que había alzado para complacerlo, pero antes de que terminara de explicarse, fue obligado, a modo de castigo (castigo que no debía ser visto así, sino como una justa muestra de devoción) a sacrificar algunos pequeños placeres, que en realidad al ídolo no le gustaban, porque no lo tenían como centro a él mismo.

Muchas veces, planeó escapar. Muchas veces, llegó a romper adrede los complejo rituales, las normas más estúpidas, buscando demostrarse que podía sobrevivir sin su dios. Atacaba entonces el orgullo del adorado, desviaba el camino intentando ver un mundo sin él, andaba calles y calles, convenciéndose de que estaba mejor sin él.

Pero regresaba siempre, vencido por el espanto de las calles oscuras y solitarias y por la certeza de que era él quien había elegido al ídolo y no al revés, y siempre, de rodillas, asustado por la posibilidad de perderlo, suplicaba perdón, avergonzado de pecados que no lo eran, y sintiendo culpa por acciones que no lo hacían realmente culpable.

Y el Amor, fingiendo una piedad que no sentía, orgulloso una vez más de su poder, daba un perdón absoluto, y se dejaba adorar, una vez más.

16 comentarios:

  1. Adora él a un dios profano,usurpador de un "título" que debe tener nobleza y que no pretende adoradores: El amor.
    En hora buena la caída de esos ídolos falsos.
    Un abrazo grande.

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  2. Bueno en realidad ese idolo si no lo adoro estoy en el horno, yo se que me ha dado con un caño la mayoría de las veces, pero no me queda otra porque un mundo sin él no tendría sentido, es como un mundo sin mujeres.
    Y como vos sos parte de lo mejor de la vida me inclino y te adoro.

    Besos

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  3. Ese ídolo, capaz de lo mejor pero también de lo peor, me tuvo dominado una parte de mi vida, aunque quizás aún me tiene atado, aunque creo que su atadura es ahora más suave y llevadera, no tan exigente, no tan constante... y quizás también sea más igualitaria.
    Besos.

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  4. es una de las mejores formas de explicar esas cosas que siempre vuelven en la vida...

    Beso

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  5. Ale: Creo que todos los ídolos, de alguna manera, son falsos. El amor debería ser un compañero a nuestra misma altura, nunca un ídolo, pero algunos lo elevan a ese rol.

    Lux: ¿Habrá alguien a quién el amor no le haya dado con un caño alguna vez? ¿Habrá alguien que no haya hecho los "rituales" más gansos en su nombre? No creo, y si hay alguien, pobre...

    Daniel: Bien entonces! Las ataduras suaves siempre son bienvenidas. Al menos a mí, son las que me gustan. Y lo peor del amor, justamente, son las exigencias. Ahí es cuando se transforma en un ídolo a adorar, y eso no es agradable.

    Secta: Siempre vuelve, sí. Y es bueno porque nos da revancha.

    Besos.

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  6. No se debe crear ni creer en los ídolos. La idolatría muchas veces nubla la razón.

    Besos,

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  7. Ese dios tiene muchos adoradores, y yo estoy entre ellos.

    Besos.

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  8. Si el ídolo Amor se metiera en la vida de una y la gobernara podría animarme a vivir haciendo los mismos sacrificios que hacemos en su nombre sin recibir todas sus bondades a cambio.

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  9. Antes de entregar su razón en sacrificio a ídolos más mezquinos, García cantaba con oído y razón absoluta "Quiero estar convencido después del ruido descubriendo por qué olvidamos y volvemos a amar."

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  10. ¿Y cómo hago yo, ahora, para escapar a la necesidad de opinar sobre el Amor, en tiempos donde su figura se cierne inclemente sobre mi cabeza?

    Nunca, y digo nunca, pensé sentirme tan vulnerable ante él, como para rendirle idolatría...

    Sin embargo...

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  11. Siempre somos nosotros quienes elegimos a los ídolos.

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  12. Buenos dias Marcela, te escribo para contarte que te sucedo el premio " Blog de Oro " , que he recibido.
    Pasa por mi blog a " recibirlo".
    Las pautas de tal distincion son nombrar de mano de quien se ha recibido y sucederlo a 10 blogs que elijas.
    Un abrazo.

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  13. Amor es un dios muy tirano. Y tan dulce... Besos, querida amiga.

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  14. El Amor es impiadoso. Especialmente con los que desesperan por él.
    Un saludo

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  15. Cuánto silencio...
    ¿Qué le ocurrirá a Marcela?

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  16. Vaya ìdolo y pensar que le hacemos tanta reverencia. Es cruel y nosotros masoquistas.
    Nuevamente me pones a reflexionar y te lo agradezco.

    Besos querida...

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