Cuando la madre le preguntó por qué le había tirado de las trenzas a Sofía, él solo dijo que estaba enojado.
"¿No la querés a Sofía? ¿Por qué la hiciste llorar?, insistió la madre, y lo castigó, ordenándole que se quedara en el dormitorio, mientras los demás seguían jugando.
A medida que subía la escalera, con pasos que suspiraban de pena en cada escalón que lo alejaba de ella, escuchaba que su madre la consolaba, secándole las lágrimas que caían de esos ojos para los que él creía que no existían suficientes palabras hermosas en el mundo capaces de describirlos.
¿Cómo explicarle ahora a su amiga, que no era por bronca, que le había tirado de las trenzas, todo lo contrario, que simplemente él no soportaba verla jugando con otros niños?
Y para terminar de hacer insoportable el castigo, antes de cerrar la puerta del dormitorio, vio que Gastón, todo un caballero, aprovechando la equivocada jugada de su rival, se acercaba a Sofía con un vaso de jugo, y le acomodaba el moño en la trenza, diciéndole que él nunca iba a lastimarla.
los malditos y benditos desencuentros, los errores producidos por los celos...se podría traspolar a cualquier edad y casi sería igual, un beso anábasis.
ResponderBorrarcomo me gusta la foto de la portada!!!
Los celos son malos consejeros, los que los padecen no saben demostrar su amor y sufren.
ResponderBorrarsonoio: Sí, es verdad. Los celos siempre nos hacen cometer errores. Gracias. Un beso.
ResponderBorrarMariela: Nunca hay que tomar decisiones empujados por los celos. Y claro que sufre el celoso, a veces, hasta sin fundamento (muchas). Saludos.
- Los celos pueden destruir una vida por eso son tan peligrosos, porque vida hay una sóla. Creo. Un beso grande. Ade
ResponderBorrarMarcela querida:
ResponderBorrarHermoso relato !!!
Me paso y sufri tanto como el protagonista, solo que me sacaron de la fila en la escuelita rural aqui en Claypole, por revoltoso, queria estar al lado de una niña rubia cuyo cabellos me eclipsaron.
Besos
vae
Ade: Es verdad lo que decís, ¿pero cómo los evitamos? Besos.
ResponderBorrarVae: ¡Qué crueldad! Esos hechos de la infancia suelen marcarnos y siempre son mal interpretados por los adultos.
Gracias y besos.
Quiero sentarme y llorar............
ResponderBorrar,
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perdon... es que a veces estos relatos me sirven de catarsis...
es verdad lo que dice Ade... vida hay una sola... algunos la visten de puta, otros la pierden celando... yo quiero ponerle un chaleco de fuerza para evitarle los golpes bajos...
Besos Marce!!! precioso texto, preciosa la imagen!
Lilya
Pará convengamos que el Gastón ese con el paso del tiempo se va a dedicar a arreglar trencitas, y va a terminar como coifeur.
ResponderBorrarEn cambio el chico este va a ir aprendiendo que solo si la nena le pide que le haga doler está bien.
Es cuestión de tiempo finalmente va a terminar siendo el novio de Sofía, y ahi ella no va a llorar nunca mas.
Besos
(Favor de leer este comentario con la voz levemente elevada, para captar el verdadero carácter irritado de mi mensaje).
ResponderBorrar¡¡Gastón es un pelagato, un oportunista de poca clase, y de grande va a ser el típico chupamedias que le escuche los llantos a sus amigas, que las consuele y les preste la oreja pero jamás se va a ligar una mísera revolcada!!
(Pueden continuar con lo que hacían, muchas gracias)
D.
Baje la voz mi amigo, no se altere, mire que puede equivocarse... tal vez Gastón termine revolcándose con todas sus amigas, que gustosas se dejarán consolar por tan amable caballero que las rescata del maltrato del hombre celoso que les asfixia la vida...
ResponderBorrarMuy buen relato Marce!
Besos,
Los celos siempre hacen sufrir.
ResponderBorrarUn besito y feliz miércoles
Discutiremos según veo, amiga Claudia.
ResponderBorrarHe sido gastones como he sido verdugo de trenzas… con la primera costumbre he aprendido sobre medidas de tacos y nomenclaturas cosmetológicas, pero el asecho de trenzudas me ha deparado mayores revolcamientos.
Tenga buen día, acompáñelo con gel humectante para proteger del sol el contorno de los ojos y los párpados (aplíquese con pétalos de jazmín u hojas de espinaca acariciadas con algodón embebido en glicerina).
D.
Lilya: ¡me mataron las lagrimitas! Estoy de acuerdo, hay que aprovechar la vida, y evitar los golpes bajos. Gracias y besotes.
ResponderBorrarLux: jajaja, claro, típico macho: ustedes, ven un caballero y ya piensan que es coifeur. Igual, estoy de acuerdo, si Sofía es como yo, va a elegir seguro al que le tira de las trenzas: pero solo cuando ella quiere!
Estaba empezando a responder y apareció otro comentario tuyo, Daniel!
ResponderBorrarOjo con los comprensivos oportunistas, que ligan bastante... Pero la mayoría de nosotras, aunque nos quejemos, preferimos al que nos desacomoda las trenzas, ¿por qué será?
Y en lo que dice Claudia también hay una verdad: los que consuelan, las consuelan a todas por igual.
Jajaja Gracias desde ya por los consejos sobre el cuidado del cutis, Daniel. Todas las mujeres que rondan este blog sabrán apreciarlos.
Carmen: Es verdad, leyendo los comentarios recordé la gran obra sobre los celos, Otelo...
ResponderBorrarUn beso grande.
Un gran abanico de celos nos acechan desde pequeños, en las situaciones mas cotidianas como bien nos mostrás en este escrito. Afortunadamente nunca los he sufrido.
ResponderBorrarPero si he conocido varios "Gastones", que decir; son insufribles, jaja.
Besos Marcela, nos seguimos leyendo.:-)
Adrianina: A casi nadie le cayó bien el oportunista de Gastón, bien! No era mi personaje favorito del cuento.
ResponderBorrarY con respecto a los celos, yo los detesto porque estoy en contra de la idea de que el otro nos pertenece... Pero, en una de mis grandes contradicciones, alguna vez los he sentido. En fin...
Besos.
Me gustó mucho!!! la inocencia de la niñez ya mezclada con los celos adultos y posesivos
ResponderBorrarme encantó!!
Nacemos configurados con tics y defectos, como los celos, herencia del propio folklore y cultura que mamamos.
ResponderBorrarEs difícil escapar de esa educación, y siempre estaremos marcados por prejuicios, comportamientos y reacciones inadecuadas. Lo triste es que hay gente que se da cuenta, se comporta de fiorma distinta a los clichés y el resto de la masa los aísla por 'raros'.
Buen pasaje.
Nanu: En la niñez se ven muchísimo los celos, inclusive con los padres. De adultos deberíamos abandonar esas actitudes, pero es defícil. Gracias por tu comentario. Besos.
ResponderBorrarOscar: Estoy de acuerdo. Creo que a medida que pasa el tiempo se va aceptando la diversidad del pensamiento, pero falta mucho. Gracias. Un beso.
Los celos... qué peligrosos son, y se empieza a ver desde muy temprana edad, el problema es que más tarde esos celos se multiplican.
ResponderBorrarUn beso
Hermoso estudio psicológico, el día a día de mayores y pequeños, que nos vemos inmersos siempre en el juego de la vida y sus incomprensiones...que nunca confesaremos...un abrazo de azpeitia
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