jueves
Nuestros monstruos
La creación de monstruos es una de las actividades que más disfrutamos. Siempre me fascinó Frankenstein, porque ese libro explica claramente los riesgos de crear un monstruo y desatenderlo.
Crear monstruos es casi un vicio; no he conocido a nadie que se resista al placer de tener un par en sus casas (o muchos inclusive), diseñados por ellos con detalles que los satisfacen personalmente.
Yo tengo varios monstruos, algunos que permanecen en mi hogar, esperándome, y otros que me acompañan en las distintas actividades diarias.
Hay que tener en claro un par de normas, que hacen que la creación de monstruos no se vuelva un problema. Muchas veces somos como los chicos, que piden mascotas con insistencia, y luego se niegan a cuidarlas. Los monstruos necesitan atenciones y cuidados, que debemos proporcionarles, como responsables que somos de su bienestar.
¿Qué tanto espacio tenemos en nuestras casas? Si creamos monstruos gigantes, se chocarán entre ellos, le quitaran espacio a nuestros perros, gatos y plantas, provocando un caos innecesario. Ellos necesitan desplazarse y disfrutan mucho de los rincones en donde esconderse, para luego saltar frente a nosotros y asustarnos. No sería justo que les quitáramos una de las pocas alegrías que tienen, siendo que ellos nos dan tanto. Debemos ser considerados, dejando rincones sin mobiliario, destinándolos exclusivamente para su sano esparcimiento.
Otro detalle que es muy importante: ¿Somos conscientes de que no podemos asustar a otros con nuestros monstruos personales? Eso no es posible. No podemos asustarnos con los monstruos de los demás, por más cercanos que seamos. Científicos de prestigiosas universidades han estudiado las relaciones de gemelos idénticos con sus monstruos, descubriendo que ni siquiera ellos los comparten.
Observemos a los niños: ellos los ponen en el armario, o bajo la cama. Si uno esconde su monstruo en el galpón, su hermano seguirá asustándose al acostarse en su cama, porque es allí en donde puso el propio. Esta ley, por lo tanto, no puede ser rota de ninguna forma: cada uno enfrenta a sus propios monstruos. Como mucho, los demás, enfrentamos a quienes no saben manejarlos.
Por ejemplo: ignorar a los monstruos es muy peligroso. Es difícil que estos se enojen (no es imposible) pero sí se entristecen. Tener un monstruo lloriqueando por la casa, babeando (no siempre recordamos diseñar sus labios y dientes de forma adecuada, así que es muy común que babeen) es un espectáculo lamentable. Jugar con ellos, charlar, compartir aunque no más sea unos pocos momentos al día, puede prevenir que entristezcan y enfermen. O que escapen. Hay muchos monstruos sueltos, que serían dóciles si sus creadores no hubieran negado su existencia.
Debemos evitar que se aburran también. Uno de mis monstruos, uno precioso, con escamas, cinco patas y una larga lengua rosadita, suele aburrirse muy fácil, y se queda mirándome con sus ojos torcidos, preguntándome doscientas veces por hora "¿y ahora que hacemos?" hasta que no me queda otra que salir a jugar con él.
Porque son nuestros monstruos. Una vez que les damos forma, sea cual sea la razón por la que los creamos, allí se quedarán. No confrontemos con nuestro espejo intentando hasta negar su existencia (la peor herejía). No intentemos escapar de ellos adoptando un elegante aire ofendido. Nosotros creamos nuestros monstruos. Y nos están mirando.
(foto: Joshua Hoffine)
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bueno, muy bueno el post, por mi parte te cuento, que lo que hago es conversar lo más sueltamente de cuerpo con ellos, hasta que se dan cuenta que, a uno le crecieron las patas, a otro el ojo de la madurez, el otro anda mirando monstruas y así, el punto es que si están contentos de su aspecto, se van bailando
ResponderBorrarCon tu permiso, le voy a contar este fantástico cuento a mi niño de 5 años que está en plena etapa de temor a los monstruos. Solo haré unas leves omisiones. No vaya a ser que descubra a mi mounstro personal!
ResponderBorrarSaludos!
- En mi infancia solia tener pesadillas horribles, por suerte logré liberarme de esos monstruos que me visitaban mientras dormía,no se por adonde andan y no quiero saberlo.Fuera mostruos, fuera!!!!!!! Ade
ResponderBorrarSon simpáticos, hasta elegantes, conozco un lugar donde se esconden y hasta pude fotografiarlos. Pero shhhh, que nadie se entere.
ResponderBorrarBesos linda, excelente entrada.:-)
Yo no reniego de ellos, los tengo presente se me aparecen a menudo durante el día pero sobre todo por las noches, o cuando voy al baño y tengo que correr la cortina de la bañadera.
ResponderBorrarYo se que están y ni bien me quedo solo empiezan a moverse casi imperceptiblemente pero ahi están.
Me están esperando
Besos
Nuestros monstruos forman parte de nosotros, son importantes porque en realidad son nuestros miedos.
ResponderBorrarUn beso
todos mis monstruos son creados x mi. Bueno la mayaría. Alguno es importado
ResponderBorrarMuy divertido!
ResponderBorrarEl problemas es si se te vuelven contra. Como el del Doctor Frankenstein. Pero todo es cuestión de educación y de ponerle límites, claro.
Un beso.
Yo tengo el monstruo de la cordura. Fantástico tu escrito. Musical. Saludotes.
ResponderBorrarSon nuestros. Es verdad. ¿ Y si decimos, este es mi monstruo, lo cree con el tiempo, me asusta por las noches o cuando no tengo nada que hacer? Y si decimos... este monstruo esta todo el tiempo conmigo, espero que no te moleste porque somos muy unidos? Y si nos hacemos cargo de verdad de nuestros montruos sin intentar matarlos ni esconderlos ni nada?
ResponderBorrarPor ahi es saludable.
Voy a seguir tu consejo. No sabes lo bien que me viene ahora.
besos
Porque cuando éramos chicos nadie nos conto este cuento, hubiésemos disfrutado mucho mas de esos espacios oscuros que nuestra mente nos tenia vedados.
ResponderBorrarMajestuoso lo que escribiste Marcela.
Patentalo.
Besos
Hernán
cuando era chica tenia una jauria de mosntruos que me aterraban...
ResponderBorrarcon el tiempo yo crecia y algunos de ellos se achicaban, pero aparecian nuevos...
asi que al final decidi... ponerles nombre... etiquetarlos y sacarlos a pasear de vez en cuando para que no me destruyan "la casa" por exceso de desoxigenacion....
besos enormes!!!!
me encanto este post!
Lilya
Que bueno que todos reconozcan a sus monstruos, que la mayoría esté contento con ellos, que los saquen a pasear de la mano y les pongan nombres y límites para educarlos (son un desastre de otro modo).
ResponderBorrarAsí se hace.
Muchas gracias por sus comentarios.
Besos.
muy simpatico, pero mi monstruo es algo etereo porque nunca le he visto la cara ni se exactamente donde esta.
ResponderBorrarSaludos
Débora
Débora: Hay monstruos de todas las consistencias, colores y tamaños y algunos son mejores escondiéndose...
ResponderBorrarSaludos y gracias.
Encontré a mi monstruito: se llama ego y según tu recomendación lo cuido y alimento (con elogios, como los tuyos)
ResponderBorrarBuda no estaría muy orgulloso. Claro que Buda nunca está orgullosos, de ser así no sería Buda
Merecés los elogios, Ginger.
ResponderBorrar(Y sí, supongo que Buda está más allá del orgullo y todas esas cosas...)
Besos.
hermoso blog Marcela, me detuve pensando sobre los monstruos que antentan contra nosotros mismos. Un costado deformado de la realidad que nos observa. Necesitamos del Tánatos siempre y ahí está, debajo de la cama, en los rincones de humedad proyectando sombras...
ResponderBorrarsaludos!
Lu
Gracias, Lucila. Los monstruos están allí y creo que se sorprenden gratamente si no les tememos.
ResponderBorrarBesos.
Si es muy cierto lo que escribes.
ResponderBorrarFíjate que cuando tenía cinco años, me dio una fiebre brutal, ha sido la ùnica y espero que sea la última. En esa fiebre, que era delirio, veía monstruos. Algo fatal. No podemos negarlos.
Besos linda.
Graciela.
Claro que no. Están ahí. No sé por qué, pero creo que no concebimos ni siquiera la idea de la vida sin monstruos.
ResponderBorrarBesos.
¡Todo un acierto esa foto que has elegido pàra hablar de los monstruos que cada uno crea. Yo tenía uno como el de la niña de tu foto y soñaba que me daba la mano mientras dormía. Saludos
ResponderBorrarMónica: ¿Viste que foto hermosa? Por ahí está el nombre del autor. Todas sus fotos son producciones así. Muchas gracias. Besos
ResponderBorrarYo tengo muchos monstruos, pero el que más me asusta es el que aparece en el espejo del baño apenas me levanto por las mañanas...
ResponderBorrarPero ese monstruo no asusta a nadie Gu...
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