Cruzar puentes peligrosos,
quemar las manos en el fuego de la esperanza.
Mi pequeña pesadilla cotidiana,
mi paraíso confuso y sin reglas,
En orillas con engañosas aguas tranquilas,
se juegan crueles juegos inocentes.
Escapé y caí.
No pido piedad, ni perdón.
El amor es un monstruo hermoso,
un fantasma, un demonio,
el ángel más bondadoso,
la más bella de las obsesiones.
Claro que puede ser una obsesión el amor: para el que lo posee, por su temor a perderlo; para el que lo busca, porque lo necesita.
ResponderBorrarSi que puede ser una obsesión,pero una obsesion tan bonita!!! que merece la pena vivirla.
ResponderBorrarUn besazo
De hecho, es una obsesión sin la que es imposible vivir...
ResponderBorrarGracias Gu y Tashano.
Beso.
No me queda duda que tienes un corazón que escribe.
ResponderBorrarMe gustó el verso: "quemar las manos en el fuego de la esperanza".
Recibe cariños.
No conozco el amor
ResponderBorrarA veces quema la esperanza, ¿no Clarice? Siempre pensé eso... Gracias. Beso.
ResponderBorrarSilvio: Todos conocemos el amor de una manera u otra. Está ahí, siempre. Amando a una pareja, a un amigo, a los libros. El amor como sentimiento es inevitable, porque forma parte de nosotros. Se manifiesta en formas diferentes, pero siempre es el mismo sentimiento. No estoy comparando el amor a los libros con el amor a un hijo, claro... pero a lo que voy es que me parece imposible no conocer el amor... Besos grandes.
ResponderBorrarEs verdad, en realidad pensé en voz alta (¿se puede pensar en voz alta cuando uno escribe?) me refiero a que nunca conocí el amor de una mujer, de una pareja.
ResponderBorrarClaro que se puede pensar en voz alta cuando se escribe. Yo pienso en voz alta, desvarío, me contradigo, todo mientras escribo.
ResponderBorrarY tiempo al tiempo. Del amor de una mujer, nadie escapa :)