Te espero. Camino por la habitación, nerviosa, como un león enjaulado (no, no me gusta, frase hecha)
Va de nuevo. Esperándote, ansiosa, camino por la habitación, dibujo un camino entre las cuatro paredes, entre la mesa y la biblioteca y el sillón de hierro azul... (no, repito la palabra camino, odio cuando eso pasa...)
Otra vez: Te espero caminando por la habitación, dibujando senderos imaginarios entre los muebles que juntos escogimos, te espero entre las paredes de nuestro hogar (esa palabra que nada tiene que ver con las paredes y los muebles, esa palabra que llevamos con nosotros, que escondemos en los bolsillos para que nadie ni nada la ensucie)... No, muy complicado...
A ver...
Te espero en el espeso silencio, caminando ansiosa por oír la llave en la cerradura...
No, no me gusta...
Mejor así:
Me siento, y te espero.
Hola!
ResponderBorrarBueno, cuando no sale una expresión mejor sentarse y esperar.
Un saludo
Soboro: Y eso es lo que sigo haciendo! Gracias por tu comentario. Saludos.
ResponderBorrarBuen ejercicio, simpático y pues es la verdad a la hora de escribir.
ResponderBorrarAbrazos.
Gracias Clarice. Me gusta jugar con las palabras. besos.
ResponderBorrarEstá muy bien: literatura y vida en marcha, fresco, saludable.
ResponderBorrarEstaré o estaremos condenado a esperar toda nuestas vidas?. Que mas da, espero también.
ResponderBorrarFrancisco: muchas gracias por tu comentario. Aunque no lo creas, fresco y saludable son dos palabras en las que pienso cuando escribo.
ResponderBorrarhuber: probablemente. Yo al menos, siempre estoy esperando algo.
Gracias y saludos.