martes
Amor lejano
Su amor parecía soportarlo todo.
La guerra los había separado, y sin embargo, el amor se hacía cada vez más fuerte.
Las mareas, el viento, la lluvia, los enemigos monstruosos que se interponían le daban más valor. Lo intensificaban.
Huyendo de la muerte, él pensaba en ella, y soñaba con estar a su lado. Ella brillaba en su memoria, perfecta y suave. No había otro paraíso.
Esperándolo, ella pensaba en él, y soñaba con su regreso. El era perfecto en su valor, en su amor detallado en las cartas aladas, que cruzaban distancias inabarcables solo para unir a los amantes.
Hasta el infierno tiene un final y ese lo tuvo. Llegó la paz y ellos finalmente se reencontraron.
Durante días festejaron la victoria de amarse.
Pero la verdad es que también los festejos tienen un final. Y un día, tan parecido a los otros (pero infinitamente distinto), ellos comprendieron, asustados, que por primera vez debían mirarse a la cara.
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el terrible precio que se paga a la bella idealización
ResponderBorrarun gran beso anábasis
Ay Marce, que excelente! Me dejaste unas cuántas incógnitas, pero me encantó.
ResponderBorrarMuchos cariños linda!
Cada vez escribís mejor.
sonoio: sin dudas. Es un precio importante el que se paga. Igual, pueden sorprenderse gratamente, quien sabe.
ResponderBorrarSol: Muchas gracias! Pregunten si les quedan incógnitas. A veces es lo que busco, pero su consulta no molesta!
Besos.
¿Por qué hay soldados que no luchan con su mira en el tiempo de paz?
ResponderBorrar¿Qué tan distinto puede ser el sueño de un soñador con la verdad que sueña? No creo que los haya separado la realidad, sino que soñaron más el sueño que el encuentro.
Felices sueños… mejores realidades,
D.
Daniel: Habría que ver si algún soldado sabe por qué lucha. En este caso mi soldado se imaginó que ella era sinónimo de la paz perdida. Quizá el sueño y la realidad realmente se parezcan. El problema es que ellos no lo sabían con certeza.
ResponderBorrarUn beso grande.
Es el momento clave! Ahí está la verdad!
ResponderBorrarPrecioso, Marcela. La verdad es que el amor tiene que ser muy resistente para soportar y superar la monotonía cotidiana. Un beso.
ResponderBorrarEn una de esas al mirarse a la cara si bien estaban cambiados lo mismo se gustaron, hoy tengo ganas de finales felices.
ResponderBorrarBesos
Impresionante! El final me recuerda a un texto de Juarroz "miedo a las imagenes q sobran cuando tanto ser falta".
ResponderBorrarCuantas veces las distancias ayudan para crear,asi como destruir, tan solo una ilusion...
MUY BUENO, besos!
Y ahi empezó el declive.
ResponderBorrarBesos.
Reconocer defectos luego de haber amado e idealizado, pasa la apatía por delante de ellos.
ResponderBorrarMe ha gustado
Abrazo
El hábito mata el amor,
ResponderBorrarla ilusión fruto de la imaginación,
produce con el tiempo gran dolor,
al descubrir que era equivocación.
Saludos. Ceneme-ceneme000com.blogspot.com
Interesante, el amor lo soporta todo y si triunfa en la distancia, como no va a hacerlo cara a cara.
ResponderBorrarBuena reflexión, un saludo.
Debió ser el típico miedo de aquello que se hace por primera vez. Tal vez descubran que la pasión, como la inexperiencia, es sólo el principio de todo...
ResponderBorrarGracias por hacerme pensar. Un abrazo.
Hace poco leí en un blog que hay dos enamoramientos, uno al principio, cuando los dos recién se conocen y otro después, cuando se conocen bien, y que ese es el que vale más.
ResponderBorrarHermoso relato.
Besos.
No es acaso que somos iguales...
ResponderBorrarSiempre hay un momento en que lo idealizado se enfrenta a lo real. Y en ese instante corazón y cabeza deben decidir si caminan de la mano o cada uno por separado.
ResponderBorrarBesos
Ayy lo más dificil, pero también puede resultar extraordinario, porque un rostro quizá sea menos importante que todas esas letras. No sé, son muchas cosas.
ResponderBorrarLindo.
Besos.