domingo
La mujer dibujada
A medida que los dibujos tomaban forma, y los pájaros de lápiz negro volaban por la habitación, y las flores de crayón perfumaban el lugar, el dibujante decidió que había llegado el momento para su gran obra.
Se tomó mucho tiempo para dibujarla.
Cada trazo fue una caricia. Delineó curvas y virtudes. Sin embargo, como deseaba que su obra fuera perfecta, no borró ningún error, sabiendo que ellos, suelen dar ese toque ideal de belleza.
Permitió entonces los mínimos titubeos del lápiz, se permitió remarcar, con cierta elegancia, las líneas que no lo conformaban, pero dejó el dibujo así, casi despojado, decorado exclusivamente por los colores que sabía que había visto en sueños... y lo observó sintiendo que su propio corazón latía solo para darle vida.
Ella se observó al espejo. Acarició su cabello sedoso, sus pechos firmes. Recién creada, observó las otras creaciones y amó la libertad de los pájaros y el perfume de las flores que escapaba por la ventana.
El creador intentó abrazarla, porque la había dibujado para él. Pero no se sorprendió cuando ella abrió la puerta para irse, porque sabía que para que fuera tan perfecta, debía ser libre.
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Seguramente que además de verla con su belleza perfecta la quería, y es por eso mejor que la dejó partir. Para no romper la magia.
ResponderBorrarBello relato, te dejo un beso y buen comienzo de semana.
que buen texto, y que buen gesto, dejarla partir
ResponderBorraren su belleza y libertad.
me gustó mucho.
Adrianina: con su última actitud, él demostró justamente cuanto la amaba, creo yo. Buena semana para vos. Beso.
ResponderBorrarMabel: Me alegro que te haya gustado. Sí, pienso que fue un buen gesto. Saludos.
Precioso.
ResponderBorrarUn saludo.
Esther: gracias por tu comentario. Saludos.
ResponderBorrarMuy buen relato. Qué gran acto es dejar crecer a quienes amamos, tal vez sea ese el mayor acto de amor. Un beso Marcela y buena semana.
ResponderBorrarM
No sé por qué, pero me acabas de recordar 'El retrato de Dorian Grey'.
ResponderBorrarMuy bonitas palabras.
Besotes
M: Estoy de acuerdo. Y me gustó tu idea de relacionar el deseo del personaje con crecer. Un beso y buena semana para vos.
ResponderBorrarOscar: ¡Y que buen recuerdo que te trajo mi cuentito! Me encantó esa historia. (Y Oscar Wilde es uno de mis escritores favoritos). Muchas gracias. Un beso.
ResponderBorrarMuy bello lo que escribes y como lo expresas...un abrazo desde azpeitia
ResponderBorrarGracias azpetia. Me alegra que te guste. Un beso.
ResponderBorrarDejándola partir le demostró cuanto la amaba.
ResponderBorrarUn relato muy bello.
Besos y buena semana
Gracias Carmen. Un beso y buena semana.
ResponderBorrarQue bueno este blog Marcela, te felicito.
ResponderBorrarEs muy calido, lo que se ve es muy bueno y lo que se lee delicioso.
gracias por abrir esta puerta.
Beso
Con comentarios así, la puerta va a seguir abierta seguro. Gracias Pablo. Un beso.
ResponderBorrar¡Lo perfecto es enemigo de lo bueno! Tus cuentos son la excepción.
ResponderBorrarEstoy de acuerdo. ¡Y como! Gracias.
ResponderBorrarCon mucha poesía tu texto. Muy lindo. Eres un corazón escribiendo.
ResponderBorrarAbrazos linda.
Es muy hermoso Marcela. Admiro profunda y sinceramente tu sensibilidad.
ResponderBorrarClarice: No se que decir. Sos muy dulce. Besos.
ResponderBorrarSilvio: Lo mismo que a Clarice. ¡Me están malcriando!
Besos. Son un amor.