El barco se bamboleaba como una cáscara vacía en el inmenso océano que fingía no tener límites.
Esperaban el viento, que no llegaba.
Los días y las noches se sucedían igualmente calmas.
Los hombres recordaban las tormentas y el viento con la ansiedad con que se anhela la vida.
Pelearon, lloraron y rogaron.
Supersticiosos acusaron a dios y al demonio.
Ninguno de los dos respondió a las acusaciones, como si se hubieran puesto de acuerdo en abandonarlos.
Luego llegó el viento.
El barco navegó y los hombres olvidaron la pena, con la certeza de que pronto verían la tierra, y sabiendo en su interior que a los pocos días de caminarla, extrañarían el mar.
Extrañamos el invierno en verano y el verano en invierno. Una y otra vez. Así somos.
ResponderBorrarBonito blog en el que vierte usted sus mejores pensamientos y los comparte con todos.
Besos
Disconforme por antonomasia. Así soy yo. No es muy bueno. Pero tus letras si lo son.
ResponderBorrarPrometeo: Mejores, peores... Los pensamientos varían según el día, el horario, el clima... Muchas gracias.
ResponderBorrarSilvio: Todos somos un poco disconformes. Hasta la felicidad nos cansa. Gracias.
Saludos.
- Muy lindo Mar, los humanos somos así y si así sentimos, gozamos, lloramos vivimos, sera porque así es nuestra escencia. Pero el mar el mar es increible, tan sereno aveces y tan amenazante otras. Ade
ResponderBorrarGracias Ade! Es cierto. Somos inconformistas. En parte puede ser bueno, nos hace ir hacia adelante, pero a veces, hace que no apreciemos lo que tenemos... como ese mar tan sereno y amenazante. Besos.
ResponderBorrarNunca nos conformamos con nada, siempre refunfuñando y cuando tenemos lo que queremos, no valoramos.
ResponderBorrarReflexivas tus letras.
Abrazos
Clarice: Es una idea que me está dando vueltas desde hace un tiempo, la necesidad de aprender a apreciar lo que tenemos... Beso.
ResponderBorrarSiempre anhelamos lo que se aleja.
ResponderBorrarPero lo recuperamos si nos lo proponemos. Beso.
ResponderBorrarSí, son las pequeñas grandes contradicciones que nos hacen humanos.
ResponderBorrarGu, desde luego. Y también nos hacen más interesantes...
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