¿Por qué me fui?
Bueno, se murieron razones para escribir. Si no recuerdo mal, yo misma morí un par de veces. Pero renací. Me tropecé, caí, me levanté. Doblé mal en una esquina. Perdí la brújula, perdí el mapa y las instrucciones para seguir viviendo. Me quedé sentada mirando a las estrellas. Ví constelaciones. Ví ángeles, o quizá eran aves nocturnas. Y todo era hermoso a su modo, a pesar de todo. Después salió el sol. Y éramos muchos perdiendo brújulas y mapas. Y éramos muchos renaciendo. Todos estábamos descubriendo que no hay esquinas incorrectas. Vivir es un constante tropezar, y los errores en realidad son pasos correctos, hacia lo que debe suceder.
Y eso me trajo de regreso.